
Aquel día
Parecía ser un día normal. A las 8.45 de la mañana miles de trabajadores se dirigían a sus puestos en las Torres Gemelas del World Trade Center. Un minuto después, la historia cambió. Un estrepitoso ruido invadió la Gran Manzana. Un avión de American Airlines había impactado la torre norte. El miedo y el caos invadían a todos. De inmediato cadenas televisivas de todo el mundo empezaron a transmitir los hechos. Media hora después, un avión del United embistió la torre Sur. La polvareda, los heridos, los gritos y llantos abundaban. A pesar de tanto dolor, la historia no había terminado. Media hora después el vuelo 77 de American estrelló contra el Pentágono. El vuelo 93 de United cayó en campo abierto en Pensilvania, al parecer los secuestradores tenían como objetivo la Casa Blanca pero los pasajeros se lo impidieron. En Manhattan las torres se derrumbaban dejando nada más que miseria. Estados Unidos había sido herido profundamente.
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